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La metamorfosis, 1915, Franz Kafka

“La metamorfosis”, conocida también como “La transformación”, es probablemente uno de los libros más famosos del autor, que además fue incluido en el “Great Books of the 20th Century”.

Este relato desmigaja la historia de Gregorio Samsa, un comerciante de telas que vive y mantiene a su familia y cuya suerte cambia de la noche a la mañana cuando se despierta convertido en un insecto.



Muchas han sido las interpretaciones y ardidas las discusiones en torno a este libro, que son palpables desde bien empezado el relato:

1. La situación laboral autoritaria

La mañana después de la transformación, en torno a las siete horas, cuando ya va con retraso al trabajo, presionado por su familia y su encargado, nos proporciona un monologo que resume perfectamente su situación laboral:

“¡Qué profesión tan dura he elegido! Un día sí y otro también de viaje. Los esfuerzos profesionales son mucho mayores que en el mismo almacén de la ciudad, y además se me ha endosado este ajetreo de viajar, el estar al tanto de los empalmes de tren, la comida mala y a deshora, una relación humana constantemente cambiante, nunca duradera, que jamás llega a ser cordial.”

Y encontrándose en el apuro de presenciarse ante sus familiares y sus responsables, transformado en un insecto, valora la plausibilidad de varias excusas que lo incapaciten a abandonar los confines de su habitación:

“¿Qué pasaría si dijese que estaba enfermo? Pero esto sería sumamente desagradable y sospechoso, porque Gregorio no había estado enfermo ni una sola vez durante los cinco años de servicio … ¿Por qué había sido condenado Gregorio a prestar sus servicios a una empresa en la que al más mínimo descuido se concebía inmediatamente la mayor sospecha? ¿Es que todos los empleados, si excepción eran unos bribones?”

2. De la calidad humana al egoísmo y la inhumanidad

Gregorio es el principal y único sustento de la familia. Trabaja y se desvive para pagar las deudas que sus padres contrajeron con sus actuales empleadores, mientras su familia hace vida en casa, totalmente despreocupada.

“…Gregorio ganaba tanto dinero, que estaba en situación de cargar con todos los gastos de la familia y así lo hacía. Se habían acostumbrado a esto tanto la familia como Gregorio, se aceptaba el dinero con agradecimiento, él lo entregaba con gusto pero ya no emanaba de ello un calor especial.”

Por desgracia no recibe el mismo trato o consideración en el momento en el que se encuentra ante la dificultad de verse transformado en un insecto, y estando privado de sus habilidades y su valía, que era el trabajo. Poco a poco, sus allegados muestran su completo rechazo y odio hacia al que hasta hace unas horas fuese su hijo/hermano y sustento, hasta llegar a querer deshacerse de él.

“Si vosotros no os dais cuenta, yo sí me la doy. No quiero, ante esta bestia, pronunciar el nombre de mi hermano, y por eso solamente digo: tenemos que intentar quitárnoslo de encima.”

3. El papel de la mujer

La imagen de la mujer en la obra gira en torno al hombre de la familia. Se ven confinadas en casa y se dedican a las tareas del hogar o en el caso de la hermana, a la música. Por definición, son las que obedecen al padre prácticamente sin rechistar.

“Olvidad de una vez las cosas pasadas y tened un poco de consideración conmigo. Las mujeres le obedecieron enseguida, corrieron hacia él, le acariciaron y terminaron rápidamente sus cartas.”

Además la figura autoritaria del padre las califica de manera tan típica:

“ - Gregorio se ha escapado
- Ya me lo esperaba – dijo el padre – os he dicho una y otra vez, pero vosotras, las mujeres, nunca hacéis caso.”

Finalmente nos encontramos ante la figura de la mujer que a partir de cierta edad se ha de convertir en esposa y madre, juntado su vida a la de un hombre elegido y aceptado por su familia.

“…pensaban que ya llegaba el momento de buscarle un buen marido, y para ellos fue como una confirmación de sus nuevos sueños y buenas intenciones cuando, al final de su viaje, fue la hija quien se levantó primero y estiró su cuerpo joven.”