Una niña de nueve años consigue 40.000 dólares vendiendo pulseras para ayudar a los demás

La pequeña elabora junto a sus amigas estos complementos y los venden en su barrio

Por Belén Nava M.

Es solo una niña y goza de todas las comodidades gracias al trabajo de su padre, pero Kamryn Johnson es consciente de todo lo que la rodea y sabe que el mundo atraviesa un momento complicado. Con nueve años no quiere quedarse de brazos cruzados ante las desigualdades sino que está dispuesta a aportar su granito de arena y ayudar en todo lo que pueda para sobrellevar estas convulsa etapa. Para conseguir su objetivo, la pequeña ha iniciado su andadura en el 'mundo laboral' poniendo en marcha su primer negocio: Kamryn & Friends: Bracelets for Unity and Justice -que en español significa Kamryn y Amigos: Pulseras para la Unidad y la Justicia-. Se trata de una tienda de pulseras que hace ella misma con ayuda de cinco amigas en su barrio, ubicado en la ciudad de Chanhassen (Minnesota), con la que ha recaudado unos 90.000 dólares (75.000 euros).

 

 

Lo que parecía ser un juego de niños ha acabado siendo todo un éxito, y es que desde el pasado mes de mayo, que es cuando empezaron a elaborar estos complementos, no paran de batir récords. Según adelantaba CNN, los beneficios de estos pequeños emprendedores son de miles de euros. Una importante cifra que no se han quedado ellos ni sus familiares sino que la han donado a diferentes empresas de su localidad y también a diferentes bancos de alimentos como la Iglesia Sanctuary Covenant. "Tiene un gran corazón y simplemente quería ayudar en todo lo que pudiera. Ella y sus amigos están encontrando formas de alimentar a las familias de Minneapolis y retribuir a su comunidad de la manera que saben", ha dicho con enorme orgullo el padre de Kamryn, Ron Johnson, quien fue jugador de la Liga Nacional de Fútbol Americano.

Cuando en primavera Kamryn y sus amigos montaron en el jardín este pequeño puesto de pulseras artesanas, pensaban que iban a conseguir una cantidad pequeña de dinero puesto que las piezas no superan los cinco euros. Sin embargo, conmovidos por la solidaridad de estos niños, muchos compradores daban más dinero o incluso hacían una donación sin llegar a llevarse estos complementos a casa. Además, el 'negocio' fue creciendo y transformándose a la vez, convirtiéndose también en un punto de reunión tanto del vecindario como de personas que viajan desde diferentes puntos del estado. El objetivo de todos ellos es participar en esta iniciativa solidaria -comprando o haciendo algún tipo de donación- y conversar con el resto acerca de los problemas con los que conviven como el racismo o dar su opinión acerca de la movilización iniciada tras la muerte de George Floyd.