Ensayos

La Pedagogía del Amor y la Ternura: Una Práctica Humana del Docente de Educación Primaria

The Pedagogy of Love and Tenderness: A Human Practice of the Teacher of Primary Education

César Enrique López Arrillaga
Universidad Latinoamericana y del Caribe, Venezuela

La Pedagogía del Amor y la Ternura: Una Práctica Humana del Docente de Educación Primaria

Revista Scientific, vol. 4, núm. 13, pp. 261-277, 2019

Instituto Internacional de Investigación y Desarrollo Tecnológico Educativo

Recepción: 30 Enero 2019

Aprobación: 27 Abril 2019

Resumen: El presente ensayo realizará un abordaje teórico en cuanto a la Pedagogía del Amor y la Ternura, desde los postulados de Pérez (2013); y Hernández (2016), entre otros, con el propósito de puntualizar una concepción de la praxis docente en la educación primaria y su visión referida al educar desde el amor, la ternura y la humildad reconociendo a los estudiantes como seres humanos, únicos y con personalidades diversas. Es promover una educación primaria más humana desde la espiritualidad y reconocimiento de los saberes y conocimientos previos de los alumnos, para garantizar el proceso de enseñanza y aprendizaje acorde a las necesidades de formación, bajo la metodología del amor y la ternura. De allí que, la importancia de la comprensión del docente de educación primaria de su labor educativa se encamine a lo humano, espiritual, amoroso con la ternura necesaria para la valoración de sus estudiantes como seres humanos únicos en formación.

Palabras clave: ciencias de la educación, afectividad, educación, docente de escuela primaria.

Abstract: The present essay will make a theoretical approach regarding the Pedagogy of Love and Tenderness, from the postulates of Pérez (2013); and Hernández (2016), among others, with the purpose of pointing out a conception of teaching praxis in primary education and its vision referred to educate from love, tenderness and humility recognizing students as human beings, unique and with diverse personalities. It is to promote a more human primary education from the spirituality and recognition of the previous knowledge and knowledge of the students, to guarantee the teaching and learning process according to the needs of formation, under the methodology of love and tenderness. Hence, the importance of the teacher's understanding of primary education of their educational work is directed to the human, spiritual, loving with the tenderness necessary for the valuation of their students as unique human beings in formation.

Keywords: education sciences, emotions, education, primary school teacher.

1. Introducción

La práctica de los docentes en la educación primaria actual atraviesa un proceso de transformación y cambios cotidianamente, producto de la postmodernidad, globalización y las tecnologías del siglo XXI, que conlleva a una problemática en la acción educativa y pedagógica, es por ello, la importancia que se tome conciencia en las estrategias, metodologías y pedagogías que se aplican y desarrollan dentro de las aulas de clases que afectan en gran medida el desempeño de los estudiantes para alcanzan el éxito o aprender un oficio para la vida.

De aquí que, resulta importante revisar, analizar y comprende el rol y la labor de los docentes desde una visión holística en su praxis educativa, que reúne un cumulo de experiencias y practica pedagógica que influyen notablemente la personalidad y formación de los estudiantes en su interacción dentro del aula, lo que se observa la importancia de las acciones y el impacto en el acto educativo y sus consecuencias en el proceso de enseñanza y aprendizaje.

Por lo tanto, el presente ensayo realizará un recorrido teórico en cuanto a los postulados y aproximaciones de la Pedagogía del Amor y Ternura, y su incidencia en la práctica del docente en la escuela y dentro del aula, planteándose algunas interrogantes ¿El docente reconoce al estudiante como un ser humano y único? ¿Se ha comprendido el amor como esencia del acto de educar y ser educado? ¿Las escuelas son tomadas como espacios de amor y paz para mejorar las relaciones de los actores educativos?

2. Desarrollo

2.1. La Pedagogía del Amor desde la acción del Docente

El docente de educación primaria, en su acción pedagógica debe reunir una determinada forma de actuar y relacionar con los estudiantes, con el propósito de consolidar y avanzar en un proceso de enseñanza-aprendizaje en un ambiente y clima escolar desde los valores, el amor, la ternura y comprensión de cada individualidad con sus características, necesidades, habilidades y destrezas de su alumnado. Por ello es importante, destacar lo planteado por Pérez (2018a): “es urgente que afiancemos la pedagogía de la esperanza comprometida y del amor hecho servicio” (párr. 1); de acuerdo a lo anterior, el docente con amor debe servir y educar a todo su estudiantado para formarlos como seres amorosos y útiles a la sociedad.

En este mismo orden de ideas, la pedagogía del amor recoge todas las facetas del ser humano, desde su comprensión holística y valoración de sus roles en el hecho educativo, dado al reconocimiento de todos los actores educativos alineado a una formación integral en valores Ahora bien, desarrollar la formación académica y profesional de los docentes que asumen las riendas de las aulas, desde la esencia de una pedagogía humanista y amorosa en función de promover un clima armonioso y enriquecedor de aprendizajes para los estudiantes en la procura de la ternura de aceptación de las individualidades, características, habilidades, destrezas y limitaciones de los alumnos en el marco de la construcción del conocimiento colectivo y sin barreras o limitaciones, la aceptación mutua docentes y estudiantes en un solo acto de aprendizaje y enseñanza común.

Al afirmar que, el uso de una adecuada y acertada pedagogía en la praxis del docente en su quehacer educativo propiciaría un ambiente de aprendizaje y enseñanza al nivel de las necesidades y requerimientos de los fines de la educación y dar respuesta a cada estudiante desde su integralidad y personalidad propia, tomando en cuenta cada individuo considerándolo ser humano y pensante, con saberes y creencias propio desde su espiritualidad desde su ser desde la perspectiva del amor como elemento base de la práctica docente en la educación primaria.

De acuerdo con, Muñoz (2013), citado por Hernández (2016a): “el amor se define entonces como el intenso deseo por la unión con otra persona, así está asociado a un estado de profunda excitación emocional y fisiológica, al éxtasis y a la realización” (pág. 266). De aquí que, el docente de promover e impulsar su acción pedagógica diaria con amor y abocado a la tolerancia, mística, entrega y aprendizaje diario con los estudiantes desde la toma de conciencia de que cada cual lleva un ritmo propio de aprendizajes y la diversidad de intereses no son iguales, cada estudiante un mundo de sorpresas y aventuras de vida, muchos criterios individuales en un solo espacio, el aula. Por lo tanto, es importante destacar lo planteado por Pérez, (2013):

Ama el maestro que cree en cada alumno y lo acepta y valora como es, con su cultura, su familia, sus carencias, sus talentos, sus heridas, sus problemas, su lenguaje, sus sueños, miedos e ilusiones; celebra y se alegra de los éxitos de cada uno, aunque sean parciales; y siempre está dispuesto a ayudarle para que llegue tan lejos como le sea posible en su crecimiento y desarrollo integral (párr. 5).

En concordancia, el docente en su acción educativa debe ser agente motivador y orientador de procesos pedagógicos y de aprendizajes, delineando a los estudiantes un sentimiento de creencia propia y seguridad personal, con manifestaciones de amor y valoración por los esfuerzos que demuestran en las actividades académicas y de formación, en función de entender e interpretar los factores externos como la familia, la comunidad, sus pares (amigos) que influyen notablemente en el desempeño y alcance de las metas de su vida futura.

En efecto, es importante puntualizar sobre la praxis del docente en la educación primaria como orientador y mediador de los aprendizajes, tal proceso de enseñanza y aprendizaje debe estar enmarcado en estrategias pedagógicas que comprendan, toleren y acepte las características, necesidades, destrezas y habilidades de los estudiantes, con una actitud de solidaridad, sensibilidad, empatía, amor y cariño para una formación y aprendizaje significativo con paciencia y ternura a cada estudiante según su ritmo de aprendizaje. De este modo, lo planteado en cuanto a la Pedagogía del amor como el camino de la educación humanista, para García (1990):

Entendemos por Pedagogía del Amor la Pedagogía del Amor es una propuesta humanista y pacificadora en donde se exige el reconocimiento del otro ser humano como autónomo, libre y emocional e invita al docente a manifestar la empatía, la tolerancia, entre otros valores; permite al docente acompañar al estudiante de forma integral abarcando todas las etapas de proceso educativo desde lo cognitivo hasta lo afectivo, busca la verdad, la autenticidad, la ternura, la empatía, la comunicación asertiva, la socialización los valores necesarios para afrontar la vida conforme a su dignidad (pág. 174).

En este orden de ideas, la Pedagogía del Amor se presenta como una alternativa para la práctica docente en la Educación Primaria en cuanto al reconocimiento de cada estudiante y determinación de un hecho educativo más humano, solidario y tolerante de diferencias, donde convergen todas las etapas del proceso de enseñanza y aprendizajes desde el amor por el prójimo y construir una comunidad de aprendizaje amorosa, humanista de iguales con el propósito de resaltar la dignidad humana. El papel del docente en su acción pedagógica es transcendental para la concreción del amor en el aula.

En efecto, la labor del docente se ubica en lugar especial y resalta de importancia por su transcendencia en las vidas de los estudiantes con quienes interactúa con su acción pedagógica y construye los conocimientos para el futuro con la formación de seres humanos en los valores de respeto, tolerancia, humildad, empatía, amor en cada uno de sus alumnos, con el propósito de propiciar actitudes positivas para la integralidad del individuo y sus relaciones con los demás, en el marco de un ambiente y clima escolar.

Para lo cual, en la práctica de la pedagogía del amor y la ternura en la acción educativa del docente es importante tomar en cuenta su capacidad dialogicidad con sus estudiantes, y la aplicación de herramientas educativas y pedagógicas de acuerdo a las características arrojadas por el grupo e individualidades de los estudiantes que atiende, siempre prevaleciendo el respeto y reconocimiento de cada ser humano, que se encuentra en el aula de clases como portador de saberes y conocimientos propios que ha ser conjugados da paso a un conocimiento en colectivo para el beneficio común de todos los participantes del proceso de enseñanza y aprendizaje. Por ello, es importante que a la acción pedagógica de la praxis docente se le añada el amor, solo si, se enseña con amor, el estudiante adquiere aprendizajes significativos para su vida, como se muestra en la figura 1.

Acción pedagógica del Docente basada en el amor
Figura 1
Acción pedagógica del Docente basada en el amor
Fuente: El Autor (2019).

2.2. La Educación del amor y la ternura en las Escuelas

La educación desde la práctica del amor y la ternura propicia las condiciones ideales para ambientes sanos, cálido, humanos, amorosos en los cuales los estudiantes desarrollan al máximo su habilidades y destrezas, para ello, las escuelas como espacio que reúne los actores educativos y el lugar por excelencia para generar los procesos de aprendizajes y enseñanzas para la vida y para insertar buenos ciudadanos a la sociedad, construyendo los saberes y conocimiento en colectivo. Por lo cual, es importante destacar lo planteado por Velázquez (2017a):

La escuela como un gran centro educativo en valores y sobre todo en el amor, entendiendo que todos los actores del proceso educativo, sea quien sea, es decir, todos sin dejar a nadie por fuera los que están adentro del centro educativo ejerciendo sus labores y funciones, las personas que hacen vida en adyacencias del mismo, y hasta la comunidad donde se socializa el estudiante y físicamente se encuentra ubicada la estructura de la escuela (párr. 7).

De acuerdo a lo planteado anteriormente, las escuelas consideradas como un gran espacio de formación de nuevo ciudadano, nuevo republicado que tendrá la capacidad de hacer una nueva sociedad en el desarrollo del respeto, amor, tolerancia, coexistencia y humildad, una nueva visión de ver y aceptar las realidades sociales y humanas. En efecto, la escuela a través de su acción educativa, es un agente para propiciar la interacción de los estudiantes con su entorno comunitario, en la cual aprende a valorar su realidad social y desarrollar el sentido de partencia. Algo importante que se ha de tomar en cuenta, es la educación como medio de concreción de todos los planes, programas, proyectos y acciones para una formación académica desde el amor,

Asimismo, la concepción de la educación concebida desde la práctica docente humana y solidaria, creando conocimientos, aprendizajes y experiencias promoviendo la participación protagónica de los estudiantes con ética y amor incondicional al deber y compromiso de ser parte de la formación de cada estudiante, por otro lado, la escuela es un espacio relaciones e interacciones de seres humanos, por lo cual debe plantearse en lo humano, espiritual, paz y amoroso, en tal sentido, Hernández (2016b):

La prioridad en tener escuelas con convivencia pacífica, considerando la diversidad, por ello, debe fomentar la educación inclusiva, y romper con el lenguaje excluyente para tratar a los diferentes con sus diferencias en igualdad, atender la diversidad, enseñar a convivir con los demás, la cual permitirá reconocer a los otros como parte de todos, también de reconocer que son sujetos de derecho, y por lo tanto merecemos una vida digna, el aprender en la pluriculturalidad permitiría tener aulas pacíficas (pág. 265).

En efecto, la diversidad de caracteres, individualidades, sentimientos, pensamientos, conocimientos, realidades sociales y demás diferencias que poseen los actores sociales en la escuela, el docente en práctica educativa aprenderá a enseñar desde la diversidad y pluriculturalidad, impulsando el respeto entre todos los participantes, generando así aulas y espacios pacíficos, de paz y de amor.

Evidentemente, el amor es el motor y herramienta que impulsa las buenas prácticas del docente en la concreción de un proceso de enseñanza y aprendizaje desde los espacios de interacción más humanos, más espirituales, más tolerantes y más amorosos en los cuales los estudiantes desarrollan sin límites su imaginación, creatividad, innovación y aprendizaje holístico e integral como buenas personas con valores, y es dentro de la escuela, el espacio destinado para ello. De acuerdo con Velázquez (2017b):

Es la escuela uno de los ambientes más íntimo y activo donde el escolar se relaciona, está lleno de múltiples opciones educativas, individuales, sociales e históricas para desarrollar las competencias personales y académicas del estudiante, a base de ejemplos y amor, lo cual esta evidenciado como componente indisoluble en la forma de enseñar y aprender y de un aprendizaje significativamente para toda la vida, del día a día y que lo define y reconstruye en el descubrimiento de sus potencialidades culturales, deportivas, manualitas, etc. (párr. 3).

Dentro de este contexto, desarrollar metodologías y pedagogías acorde a las necesidades de los estudiantes vinculados a una escuela con una realidad social y educativa, además es importante añadir el amor como elemento que impulsa y humaniza todos los procesos humanos a través de sentimientos y valores positivos para formación holística de estudiantes para prepararlos para la vida en sociedad. Para López (2012): “empoderar el amor, en el entorno escolar puede transformar los conflictos con resoluciones pacíficas, a paz integral (imposible, duradera, activa, no violenta)” (pág. 136). De allí que, el amor abre paso a la paz en los ambientes educativos y aula de clases, de allí que todos los actores educativos en la escuela en sus relaciones e interacciones cotidianas deben impulsar el amor como lenguaje verbal y corporal, en cuanto a la tolerancia y respeto en común, como se puede ver en la figura 2.

La Educación desde la perspectiva del Amor y la Ternura
Figura 2.
La Educación desde la perspectiva del Amor y la Ternura
Fuente: El Autor (2019).

2.3. El Docente desde la perspectiva humanista

El docente, considerado como la persona con formación y herramientas para brindar un adecuado proceso de formación integral a los estudiantes en los diversos niveles del sistema educativo, en el caso de la educación primaria, los docentes poseen gran importancia dado el tiempo de interacción es más extenso y requiere más dedicación que el resto de los niveles de educación, en este nivel llegan a ser valorados por los estudiantes como su segundos padres o madres

Cabe destacar, que el docente de educación primaria es un agente por naturalidad de motivar e incentivar a sus estudiantes al encuentro con los saberes, conocimientos, experiencias enriquecedoras sobre los valores para la vida, y adquirir competencias para ser insertados en las sociedades cumpliendo los roles, oficio o profesión descubiertos en su propia vocación. Por otro lado, Venezuela actualmente atraviesa una problemática social y educativo, producto de factores internos como país, que se ha sumergido en el sistema educativo referente a la desmejora de la calidad educativa y seguridad social de los docentes en la etapa de primaria. Dentro de este aspecto, Pérez (2018b):

La reconstrucción de Venezuela va a necesitar de educadores corajudos, valientes, creativos, que asuman la educación como un medio fundamental para producir vida abundante para todos. Estamos en la sociedad del conocimiento y hay un consenso generalizado a nivel mundial de que la educación es el medio fundamental para combatir la violencia, construir ciudadanía y lograr un desarrollo humano sustentable (párr. 2).

Ciertamente, en la coyuntura que atraviesa el sistema educativo venezolano y el país en general se requieren de un personal docente que reaviva su vocación profesional y su amor a la labor educativa en función de reimpulsar la educación venezolana a altos niveles de calidad para el beneficio del colectivo educativo, en pro de desarrollar los lineamiento y principios de los fines de la educación, en los valores humanos, sociales, espirituales con el propósito principal de lograr un desarrollo humano sostenible en el país.

Por ende, los educadores de educación primaria en su interacción cotidiana en las aulas de clases con sus estudiantes y demás actores del ámbito educativo, existiendo una necesidad mutua entre ambos, dada desde la concepción del aprendizaje mutuo, el estudiante aprende del docente, como él aprende sus alumnos, es un relación íntima de aprendizaje y construcción de conocimiento basada en la promoción del amor, la tolerancia, espiritualidad y respeto mutuo, en pocas palabras educar desde la perspectiva del amor y la ternura. En concordancia, con lo que sugiere Pérez (2001a):

Educar viene de la palabra latina Educere, que significa sacar de adentro. Es educador quien no ve en cada alumno la piedra tosca y desigual que vemos los demás, sino la obra de arte que se encuentra adentro, y entiende su misión como el que ayuda a limar las asperezas, a curar las magulladuras, el que contribuye a que aflore el ser maravilloso que todos llevamos en potencia (párr. 9).

En este orden, los docentes mediante su planeación y proyectos educativos tienen la misión de incluir el amor a través de herramientas y técnicas pedagógicas para el fortalecimiento de los estudiantes en su personalidad, espiritualidad y aprendizaje significativo, dando el entendimiento de su finalidad para su vida personal, laboral o educativa, en el alcance de éxitos personales. En el marco de lo planteado por Hernández (2016c):

Los docentes pueden aplicar la técnica del amor a través de los espacios de paz como es el reconocimiento, la cooperación, convivencia, la narrativa de vida y el contacto agradable. Esos son los grandes desafíos en los diálogos en el aula y los desafíos para la paz; la fuerza del amor en las aulas, es una propuesta que permitirá hacer posible cualquiera de las paces que busquemos, la positiva, la imperfecta, la integral la holística (pág. 266).

Por otra parte, un aspecto muy importante en la praxis del docente, se considera la vocación de servicio, lo que representa su pasión y amor al servicio de enseñar a otros, ser instrumento para el aprendizaje del prójimo, es encender la luz en la vida de los semejantes, por lo cual, el docente debe siempre fortalecer y potenciar su vocación, como el ámbito espiritual de su razón de ser, además, para Pérez (2001b): “la vocación docente reclama, por consiguiente, algo más importante que títulos, diplomas, conocimientos y técnicas. Formar personas sólo es posible desde la libertad ofrendada y desde el amor que crea seguridad y abre al futuro” (párr. 11).

De aquí que, los docentes en su proceso de formación y preparación se debe concretar el cumulo de herramientas alternativas para abordar la acción pedagógica educativa de formar integral y holística entendiendo las particularidades y lo individual de cada estudiante, para dar respuesta a los significados del contexto educativo y social que se encuentre el hecho educativo como proceso de formación, a lo que se refiere Velázquez (2017c):

Como educadores debemos estar preparados desde el inicio cuando decidimos ser maestros o maestras que es una profesión que manifiesta mucho amor, mucho hacia quienes en ocasiones están carentes o faltos de atención por otras personas con quien se relacionan en su hogar o comunidad (párr. 5).

Dentro de todo, el docente es una figura dentro del quehacer educativo que marca la pauta para que el proceso de enseñanza y aprendizaje no se alinee a una praxis mecánica, sino a una práctica humana, amoroso y con ternura, que el centro sea el reconocimiento y valoración del estudiante como seres humanos con sentimientos, valores, personalidad y conocimiento propios, como se observa en la figura 3. De este modo, la importancia de la conciencia y la visión de los docentes en cuanto a la concepción de su labor educativa y vocación de servicio, orientada a la valorar, reconocer y cooperar en el proceso de formación de sus estudiantes como seres humanos, para el beneficio en común, de una sociedad con buenos ciudadanos con el propósito de impulsar y consolidad el desarrollo humano sustentable.

El docente y la práctica humanista en el aula
Figura 3.
El docente y la práctica humanista en el aula
Fuente: El Autor (2019).

3. Reflexiones finales

La pedagogía del amor y la ternura, representa una opción y un camino importante y extrema necesidad de utilizarla en el ámbito de educación primaria por parte de los docentes, en función de educar desde el amor y la ternura, con el objetivo de propiciar una formación integral y holística en los estudiantes, para alinear lo espiritual, académico, familiar y los valores en el proceso de enseñanza y aprendizaje en el aula, la escuela y la familia. Asimismo, el docente al reconocer los conocimientos previos de los estudiantes, garantiza una construcción de conocimiento colectiva y de acuerdo a los intereses de formación del aula,

Ahora bien, valorar al estudiante como seres humanos y únicos en su personalidad es parte de las praxis docentes de manera que su acción pedagógica atienda a las necesidades y dificultades dentro del proceso de enseñanza y aprendizajes desde cada particularidad, con apoyo a las habilidades, destrezas y potencialidades de cada alumno y actor educativo dentro del aula y la escuela.

En este mismo orden ideas, aún persiste el desinterés de aplicar el amor en el aula, en su mayoría por motivos ajenos a la personalidad del docente, dado por factores externos que afectan su labor pedagógica referido en la mayoría de los casos a la situación económica, social y política de Venezuela, sin embargo, se encuentra docentes que a pesar de las adversidades siente su vocación activa, educan desde el corazón, la espiritualidad y amor a sus estudiantes, de ellos se debe sistematizar las experiencias para la promoción de la buena práctica educativa.

Finalmente, las escuelas deben ser consideras como espacios para la paz, el aprendizaje de todos y de todas, la formación e integración de todos los actores educativos (Docentes, directivo, personal obrero, personal administrativo, familia, comunidad y organizaciones sociales y comunitarias) para garantizar una educación desde el amor y la ternura para un proceso educativo holístico que incluya todos los sectores de la sociedad, garantizando las relaciones e integración necesarias para la creación de ciudadanos con valores como: tolerancia, respeto, amor y honestidad.

4. Referencias

García, A. (1990). Primeras Jornadas de Educación para la Paz. Un objetivo pedagógico: educar para la paz. Pedagogía social: revista interuniversitaria, (5), 166-174, e-ISSN: 1989-9742. Recuperado de: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2577069

Hernández, O. (2016a,b,c). Incluir desde lo amoroso: Una mirada desde la Pedagogía del Amor y la Paz.Ra Ximhai, 12(3), 261-269, e-ISSN: 1665-0441. Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=46146811017

López, M. (2012). La Escuela Inclusiva: Una oportunidad para Humanizarnos.Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 74(26,2), 131-160, e-ISSN: 0213-8646. Recuperado de: https://www.aufop.com/aufop/uploaded_files/articulos/1396551140.pdf

Pérez, A. (2001a,b). Se necesitan Maestros. Venezuela: Centro de Formación P. Joaquín de Fe y Alegría. [Documento en línea]. Recuperado de: http://www.feyalegria.org/sites/default/files/Se_Necesitan_Maestros.pdf

Pérez, A. (2013). Pedagogía del Amor y la Ternura. [Blog de WordPress.com]. Recuperado de: https://antonioperezesclarin.com/2013/11/28/pedagogia-del-amor-y-la-ternura/

Pérez, A. (2018a,b). Educar en tiempos de crisis (I). Periódico del país, RIF: J-30202528-1. [Documento en línea]. Zulia, Venezuela: Diario Panorama. Recuperado de: https://www.panorama.com.ve/opinion/Educar-en-tiempos-de-crisis-I-por--Antonio-Perez-Esclarin-20180628-0100.html

Velázquez, E. (2017a,b,c). El amor y el ejemplo en la pedagogía escolar. Sitio Web de divulgación de noticias y opinión socio-política y cultural, RIF: J-31033747-0. Venezuela: Aporrea. Recuperado de: https://www.aporrea.org/educacion/a241626.html

Información adicional

César Enrique López Arrillaga: Nací en La Guaira, estado Vargas, Venezuela, el 7 de mayo del año 1985. Licenciado en Educación de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR); Magister Scientiarum en Educación Superior de la Universidad Nacional Experimental de la Fuerza Armada (UNEFA); Comisionado Municipal de la Oficina Antidrogas del municipio Independencia; Director de Recursos Humanos de la Alcaldía del municipio Independencia; Jefe de Personal de la Policía Municipal Independencia; Director de Administración, Finanzas y Presupuesto de la Contraloría del municipio Simón Bolívar; Tutor de Trabajos Especiales de Grado (Especializaciones y Maestrías) en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) y la UNEFA; Docente de Educación Media General en la Unidad Educativa Nacional 28 de Marzo; Coordinador de Control de Estudios de la Unidad Educativa Privada Coronel Antonio Nicolas Briceño; Docente de Educación Primaria de la Unidad Educativa Nacional Bolivariana Guaicaipuro. Arbitro Calificado de la Revista Scientific (e-ISSN: 2542-2987).

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